El Eco De Tus Sombras: Cuando Las Ofensas Son Tu Propio Reflejo
- Aser Ones, LCSW
- 12 abr
- 2 Min. de lectura

Lucas siempre estaba a la defensiva. Si un colega no le sonreía, sentía que no lo apreciaban. Si un amigo cancelaba un plan, concluía que a nadie le importaba su bienestar. Incluso al mirarse al espejo, pensaba: “Seguro los demás me ven poco atractivo”. Un día, en el trabajo, su jefa dijo en tono neutro: “Lucas, revisa este informe otra vez”. Él se hundió, convencido de que lo veía como un inútil. Pero esa noche, mientras escribía sus pensamientos, notó un patrón: él mismo dudaba de su valor, se sentía invisible, poco digno. La ofensa no venía de su jefa; era el eco de cómo se trataba a sí mismo.
Este fenómeno, conocido como proyección o personalización, ocurre cuando vemos en los demás el juicio que nos imponemos. Según Aaron Beck (1976), pionero de la terapia cognitivo-conductual, proyectamos nuestras inseguridades —“no valgo”, “no le importo a nadie”— y las atribuimos a otros. La personalización nos hace leer acciones neutrales como ataques: un silencio es desprecio, una crítica leve es rechazo total. Si te sientes poco apreciado, descuidado o poco atractivo, es probable que estés cargando esas creencias dentro, no que los demás las griten. Estudios de la APA (2019) vinculan este ciclo con baja autoestima y ansiedad, donde el trato interno duro se disfraza de ofensa externa.
¿Por qué nos pasa? Si en el fondo crees “no merezco aprecio” o “mi bienestar no importa”, un gesto frío o una palabra ambigua confirman ese miedo. Lucas no era rechazado por el mundo; era su propio crítico más severo, proyectando su voz en cada interacción.
Cómo romper el ciclo:
Puedes aprender a ver con claridad. Aquí van tres pasos prácticos:
Cuestiona el eco: Cuando sientas una ofensa, pregunta: “¿Esto viene de ellos o de mí?”. Si crees “no le importo a nadie”, revisa si tú te estás dando importancia primero.
Trátate con valor: Cada día, escribe algo que hiciste bien o que te gusta de ti, por pequeño que sea. Si te sientes poco atractivo, nota una cualidad tuya con cariño. Cambiar tu trato interno suaviza el reflejo.
Busca la evidencia real: Si piensas “me ven sin valor”, enumera tres momentos donde alguien te mostró aprecio. Los hechos desmontan las historias que te cuentas.
Lucas empezó a hablarse con más suavidad, y las heridas imaginarias dolieron menos. No era que los demás lo despreciaran; era él aprendiendo a valorarse. ¿Y tú? Las ofensas que pican son espejos de tu interior, pero también llaves para sanar. Si quieres dejar de pelear con reflejos, estoy aquí. Como terapeuta, te guío a tratarte con el amor que mereces. ¿Listo para cambiar el eco?
Aser Ones, LCSW
(561) 255-8416
Así es muchas veces como pensamos que nos ven es como nos miramos