El monje y la vasija: Silenciar la culpa por amor propio

Hace siglos, en Japón, un monje joven recorría los pueblos mendigando arroz para su comunidad. Día tras día, llenaba su vasija y la vaciaba al llegar al templo, sin guardarse ni un grano. Una tarde, agotado y hambriento, una anciana del pueblo lo detuvo. “¿Por qué no comes tú también?”, le preguntó, ofreciéndole un puñado de arroz. El monje negó con la cabeza: “Sería egoísta, esto es para los demás”. La anciana lo miró fijamente. “Si mueres de hambre, ¿quién llevará la vasija mañana? Come, no por egoísmo, sino para seguir dando”.

El monje tomó el arroz, y mientras comía, sintió algo cambiar. Los susurros que lo acusaban de egoísta se apagaron frente a una verdad más clara: cuidarse era parte de su servicio, no un robo. Al día siguiente, caminó con más fuerza, y su vasija volvió llena para todos. La anciana, sin saberlo, le había dado más que arroz: le dio permiso para quererse.

Esa voz que te dice “es egoísta parar” puede ser fuerte, pero se desvanece cuando alguien te muestra que amor propio no es robar, es sostenerte. El monje no lo vio solo; necesitó a la anciana. Tú también puedes acallar esa culpa con tres pasos prácticos:

1. Busca una anciana, escuchar la voz que te dice "Cuídate" y déjate convencer, aunque sea por un momento.

2. Llena tu vasija primero: Haz algo pequeño por ti —un descanso, un bocado— y observa cómo no quita, sino suma.

3. Siente la fuerza: Después de cuidarte, nota cómo das más. Esa energía nueva callará los “eres egoísta” con hechos.

El monje aprendió que con su vasija vacía no pronto no podria alimenta a nadie. ¿Y tú? ¿Qué anciana te está ofreciendo arroz que no tomas? Si quieres silenciar la culpa y abrazar el amor propio, estoy aquí. Como terapeuta, te ayudo a escuchar esa voz amable que ya vive en ti. ¿Listo para llenar tu vasija?

Aser Ones, LCSW

email@fenixbh.com

(561) 255-8416