top of page

El reflector invisible: desentrañando la personalidad histriónica

  • Aser Ones, LCSW
  • 10 abr
  • 2 Min. de lectura
Trastorno de Personalidad Histriónica
Trastorno de Personalidad Histriónica

Imagina a alguien que entra a una reunión como si fuera un escenario: voz alta, gestos exagerados, una anécdota dramática que captura todas las miradas. Al principio, es encantador; luego, agotador. Cada día trae una nueva “emergencia” —un conflicto, una pérdida, un triunfo— y todos deben aplaudir o rescatar. No es solo caos; es un grito por atención que nunca se apaga. Así viven las personas con rasgos histriónicos, atrapadas en un reflector que solo ellas ven.


Perfil psicológico: el alma del histrionismo


Theodore Millon, en su trabajo seminal de 1996, describe el trastorno de personalidad histriónica como un patrón marcado por emocionalidad excesiva, teatralidad y una necesidad insaciable de ser el centro de atención. Estudios como los de la APA (2013, DSM-5) lo asocian con baja autoestima disfrazada de confianza, miedo al abandono y una percepción distorsionada de las relaciones. Si no brillan, se sienten invisibles. No manipulan por maldad; su caos es una defensa contra el vacío interno. Suelen ser carismáticos, seductores y sensibles al rechazo, pero su intensidad emocional —a menudo superficial— los lleva a exagerar crisis para mantener vínculos.


Consecuencias de este reflector permanente


Para ellos, el histrionismo es una espada de doble filo. Ganan atención, pero pierden autenticidad, sus relaciones se vuelven frágiles y dependientes de la próxima actuación. La ansiedad crece porque el reflector nunca descansa. Para quienes los rodean, el costo se paga con el agotamiento emocional, con la confusión entre la empatía, la obligación, y un desgaste que la psicología lo define como un estrés crónico en dinámicas desequilibradas (APA, 2018). Es un ciclo donde todos pierden energía.


Para quienes los rodean: cómo apagar el reflector sin culpa.


NO-tienes que ser su público eternamente. Aquí van tres estrategias:


  1. Define tu papel: Puedes decir: “te escucho, pero no puedo solucionar esto por ti”. Límites claros cortan la dependencia sin confrontación.

  2. Responde, no reacciones: Frente al drama, mantén la calma y pregunta “¿Qué necesitas de verdad?”. Esto frena la escalada emocional.

  3. Protege tu espacio: Reduce el tiempo en su órbita. No es rechazo; es preservar tu paz para no quemarte.


Para quien vive en el reflector: un camino a la quietud


Si te ves en este patrón, no estás condenado a actuar siempre. Prueba esto: cuando sientas la urgencia de dramatizar, espera cinco minutos y escribe lo que sientes. ¿Es miedo, soledad? Reconocer la raíz calma el impulso.

Busca un momento al día para estar solo sin audiencia —lee, camina— y construye una seguridad que no dependa de aplausos, o dramas. La terapia cognitivo-conductual, respaldada por investigaciones (Linehan, 1993), puede ayudarte a reemplazar el reflector por una luz propia.


El histrionismo no es un defecto, sino una forma de sobrevivir que puede cambiar. Si su caos le arrastra o es usted quien lo vive, hay salida. Como terapeuta, le acompaño a bajar el telón y encontrar calma. ¿Listo/a para un nuevo acto?


Aser Ones, LCSW

(561) 255-8416

 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page