Entendiendo y Manejando los Pensamientos Intrusos o Negativos
- Aser Ones, LCSW
- 19 may
- 4 Min. de lectura

¿Alguna vez has tenido un pensamiento repentino y perturbador, como “¿Y si fracaso en todo?” o “¿Y si lastimo a alguien sin querer?” Estos son pensamientos intrusos o negativos, y aunque pueden ser angustiantes, son una experiencia humana común. Como terapeuta, he ayudado a muchas personas a comprender por qué ocurren estos pensamientos y a manejarlos de manera efectiva. Hoy, te invito a reflexionar sobre tus propios pensamientos, entender su origen y aprender estrategias prácticas para recuperar el control y mejorar tu bienestar emocional.
Conoce a Sofía,(Nombre ficticio) una cliente que lidiaba con pensamientos intrusos como “No soy lo suficientemente buena” cada vez que enfrentaba un desafío. Estos pensamientos la hacían sentir ansiosa y atrapada. A través de la autorreflexión y técnicas terapéuticas, Sofía aprendió a manejarlos, ganando confianza y paz mental. Aquí tienes un guía paso a paso, inspirada en su experiencia, para entender y gestionar los pensamientos intrusos o negativos.
¿Qué son los Pensamientos Intrusos o Negativos?
Los pensamientos intrusos son ideas, imágenes o impulsos no deseados que surgen de forma automática y suelen ser perturbadores (ej., imaginar un accidente o dudar de tu valor). Los pensamientos negativos son creencias autocríticas o pesimistas (ej., “Siempre fracaso”). Ambos pueden generar ansiedad, culpa o tristeza, pero no reflejan la realidad ni tus verdaderos deseos. Son productos de la mente, no hechos.
¿Por Qué Tenemos Estos Pensamientos?
Entender el origen de estos pensamientos puede ayudarte a desmitificarlos. Algunas razones comunes incluyen:
Mecanismos cerebrales: El cerebro está diseñado para detectar amenazas, lo que puede generar pensamientos alarmantes como una forma de “prepararte” para el peligro, incluso cuando no es real (LeDoux, 1996).
Estrés y ansiedad: Los períodos de estrés amplifican los pensamientos negativos. Sofía notó que sus pensamientos empeoraban cuando estaba agotada o bajo presión.
Creencias arraigadas: Las experiencias pasadas, como críticas en la infancia o fracasos, pueden crear patrones de pensamiento autocrítico (Beck, 1976).
Cultura y medios: La exposición constante a noticias negativas o comparaciones en redes sociales puede alimentar pensamientos pesimistas.
Ejercicio de Autorreflexión: Piensa en un pensamiento intruso o negativo reciente. ¿Qué estaba pasando en tu vida en ese momento (estrés, cansancio, un evento específico)? Escribe: “Este pensamiento apareció cuando [describe el contexto].” Esto te ayudará a ver posibles desencadenantes.
Cómo Manejar los Pensamientos Intrusos o Negativos
1. Reconoce el Pensamiento sin Juzgarlo
Los pensamientos intrusos son normales; lo importante es cómo respondes. Sofía aprendió a no pelear con sus pensamientos, sino a observarlos como nubes pasajeras.
Técnica: Cuando surja un pensamiento, di mentalmente: “Es solo un pensamiento, no una verdad.” Evita juzgarte por tenerlo.
Ejercicio: Lleva un diario durante tres días. Cada vez que tengas un pensamiento intruso o negativo, anótalo sin analizarlo. Por ejemplo: “Pensé: ‘Voy a arruinar esta presentación.’” Esto te ayudará a verlo como un evento mental, no como un hecho.
2. Cuestiona la Validez del Pensamiento
Usa el pensamiento crítico para evaluar el pensamiento. Sofía se preguntaba: “¿Hay evidencia de que no soy suficiente, o es solo una sensación?” Esto la ayudó a ver que sus logros contradecían su pensamiento.
Preguntas Clave:
¿Qué evidencia apoya o refuta este pensamiento?
¿Es una exageración o generalización? (Ej., “Siempre fracaso” vs. “A veces cometo errores”).
¿Qué le diría a un amigo que tuviera este pensamiento?
Ejercicio: Elige un pensamiento negativo frecuente y escribe respuestas a estas preguntas. Por ejemplo, para “No soy suficiente”: “Evidencia en contra: Terminé un proyecto importante la semana pasada.” Esto debilita la creencia.
3. Practica la Atención Plena (Mindfulness)
La atención plena te ayuda a mantenerte en el presente, reduciendo el impacto de los pensamientos intrusos. Sofía practicaba respiraciones conscientes cuando sentía ansiedad por sus pensamientos.
Técnica: Haz una pausa y respira profundamente durante 1 minuto. Nota el aire entrando y saliendo, y si surge un pensamiento, déjalo pasar sin engancharte. Di: “Vuelvo al presente.”
Ejercicio: Dedica 5 minutos al día a una meditación guiada (puedes usar apps como Calm o Headspace) o simplemente observa tus sentidos (¿qué ves, oyes, sientes?). Reflexiona: ¿Cómo cambió tu estado emocional?
4. Redirige tu Atención
Los pensamientos intrusos pierden fuerza cuando no les das atención. Sofía aprendió a enfocarse en actividades significativas, como pintar o hablar con un amigo, para romper el ciclo de rumiación.
Técnica: Cuando surja un pensamiento, haz algo que ocupe tu mente: escucha música, resuelve un rompecabezas o escribe algo positivo.
Ejercicio: Crea una lista de “actividades de anclaje” (cosas que disfrutas o te distraen positivamente). La próxima vez que tengas un pensamiento intruso, elige una y practícala durante 10 minutos. Nota cómo te sientes después.
5. Reemplaza con Pensamientos Constructivos
Sustituye pensamientos negativos por afirmaciones realistas y útiles. Sofía cambió “No soy suficiente” por “Estoy haciendo lo mejor que puedo, y eso es valioso.”
Técnica: Para cada pensamiento negativo, escribe una alternativa positiva pero creíble. Evita frases vacías como “Soy perfecto”; en su lugar, usa “Estoy aprendiendo y creciendo.”
Ejercicio: Escribe tres pensamientos negativos frecuentes y una alternativa para cada uno. Por ejemplo: “Siempre fracaso” → “A veces cometo errores, pero también tengo éxitos.” Repite las alternativas diariamente.
6. Busca Apoyo Profesional si es Necesario
Si los pensamientos intrusos son persistentes o abrumadores, un terapeuta puede ayudarte. Sofía trabajó con técnicas cognitivo-conductuales (TCC) para identificar creencias subyacentes y desarrollar habilidades de afrontamiento.
Desafío: Si los pensamientos interfieren con tu vida diaria, considera contactar a un terapeuta. Ellos pueden guiarte a explorar las raíces de estos pensamientos y construir estrategias personalizadas.
Por Qué Esto Importa
Manejar los pensamientos intrusos o negativos no solo reduce la ansiedad y la autocrítica, sino que también te permite vivir con mayor claridad y confianza. Al cambiar cómo respondes a estos pensamientos, mejoras tu bienestar emocional, fortaleces tus relaciones y tomas decisiones más alineadas con tus valores. Sofía descubrió que al controlar sus pensamientos, podía enfocarse en lo que realmente importaba: sus metas y conexiones.
Hoy, identifica un pensamiento intruso o negativo que te moleste y aplica al menos una de estas técnicas (cuestionarlo, practicar mindfulness o redirigir tu atención). Dedica 5 minutos a reflexionar: ¿Qué desencadenó este pensamiento? ¿Cómo me sentí al manejarlo? Si necesitas apoyo para trabajar en patrones de pensamiento más profundos, un terapeuta puede ser tu guía en este viaje de crecimiento.
Aser Ones, LCSW
Email: email@fenixbh.com
Teléfono: (561) 421-4132
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