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Si no sabes quién eres, ¿cómo sabrás qué hacer? Una guía para encontrar tu identidad

  • Aser Ones, LCSW
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura


Imagina que te invitan a participar en la filmación de una película. El director te entrega un guion en blanco y te dice: "Actúa como quieras, el diálogo y tus acciones son tu decisión." Sin un personaje definido, sin saber si eres el héroe, el villano o un transeúnte, te encuentras perdido en el set. Tus líneas tartamudean, tus movimientos son torpes, y la escena se convierte en un caos. La vida, como esa película, requiere un sentido de identidad claro. Sin él, navegamos sin brújula, reaccionando a ciegas ante los retos que nos presenta. Como psicoterapeuta, he visto cómo un sentido sólido de identidad actúa como un ancla, brindando confianza, paz interior y claridad para enfrentar la vida. Este artículo, ofrece una guía práctica para descubrir quién eres y construir una identidad que te guíe.


La importancia de la identidad


Nuestra identidad es la narrativa que tejemos sobre nosotros mismos: nuestros valores, creencias, pasiones y roles. Desde la psicología, Erik Erikson describió la formación de la identidad como un pilar del desarrollo humano; sin ella, caemos en la confusión de roles, sintiéndonos desconectados. La neurociencia respalda esto: la corteza prefrontal, que integra nuestras experiencias y decisiones, nos ayuda a construir un "yo" coherente. Cuando esta narrativa es frágil, la amígdala, nuestro centro emocional, puede disparar ansiedad ante la incertidumbre.


Recuerdo un cliente que llegó a terapia sintiéndose como un actor sin papel. Cambiaba de opinión según con quién estaba, incapaz de decidir qué quería. A través de la terapia narrativa, El exploró sus historias de vida, reconectando con momentos que definían sus valores. Este proceso le dio claridad, como si finalmente le entregaran el guion de su personaje.

"Conócete a ti mismo."– Inscripción en el Templo de Apolo, Delfos


Estrategias prácticas para descubrir y solidificar tu identidad


  1. Explora tu narrativa personal (Auto-reflexión): Dedica 10 minutos diarios a escribir respuestas a preguntas como: ¿Qué momentos de mi vida me hicieron sentir más yo? ¿Qué valores defiendo, incluso bajo presión? La escritura reflexiva, respaldada por la psicología positiva, fortalece la autocomprensión. Siente las palabras mientras escribes, como si estuvieras desenterrando un tesoro enterrado en tu interior.


  2. Conecta con tus valores fundamentales: Haz una lista de lo que te importa: familia, creatividad, justicia, aventura. Luego, clasifica los tres principales. La logoterapia de Viktor Frankl nos enseña que vivir alineado con nuestros valores crea un sentido de propósito. Pregúntate: ¿Mis acciones diarias reflejan estos valores? Ajusta tus decisiones para que lo hagan. Esto es como elegir el papel que quieres interpretar en tu película.


  3. Practica la atención plena para la autoconexión: Siéntate en silencio, siente el peso de tu cuerpo en la silla, el ritmo de tu respiración. La atención plena, según estudios neurocientíficos, reduce la hiperactividad de la red de modo por defecto, permitiéndote escuchar tu voz interior sin distracciones. Es como apagar el ruido del set para escuchar al director interno.


  4. Experimenta y observa: Prueba nuevas actividades: pintar, bailar, voluntariado. Nota cómo te sientes en cada una. La psicología del desarrollo sugiere que la identidad se forma a través de la exploración activa. Cada experiencia es una escena que te ayuda a definir tu papel. Mi cliente, por ejemplo, descubrió su pasión por enseñar tras dar clases voluntarias, lo que le dio un nuevo sentido de sí mismo.


  5. Construye confianza a través de la acción: Da pequeños pasos hacia metas alineadas con tus valores. Cada acción refuerza tu narrativa de competencia. La teoría de la autoeficacia de Bandura muestra que la confianza crece al superar retos, por pequeños que sean. Celebra estos logros, como un actor que recibe aplausos tras una escena bien ejecutada.


Edificando paz interior y confianza


Un sentido sólido de identidad no elimina los desafíos, pero te da un guion interno para enfrentarlos. La filosofía de Carl Jung nos recuerda: "No eres lo que te sucede, sino lo que eliges ser." Al conocerte, construyes una base de confianza que no depende de la aprobación externa. La paz interior surge al vivir auténticamente, alineando tus acciones con tu esencia.

Trabajando con clientes, veo cómo descubrir su identidad les da un brillo nuevo.


Mi cliente, al reconectar con su amor por enseñar, dejó de sentirse como un extra en su propia vida. La neurociencia confirma que vivir congruentemente con nuestra identidad fortalece las conexiones en la corteza prefrontal, mejorando la regulación emocional. Tu vida es tu película: conocer tu papel te permite actuar con propósito, confianza y calma, sin importar cómo cambie el guion.


Aser Ones, LCSW

561-421-4132

 
 
 

1 comentario

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Invitado
hace un día
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Uffff cuanta verdad, a veces nos sentimos fuera de lugar y extraño con nosotros mismo.

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